Carta publicada en La Tercera
SEÑOR DIRECTOR:
Mientras escribimos esta columna, bombardeos israelitas por tierra y aire están acribillando en Rafah a una población de un millón y medio de personas, niños, mujeres, ancianos, arrasándose e incendiándose campamentos, mezquitas, propiedades civiles y hospitales, en una masacre sin precedentes en el curso de este siglo.
Según la ONU, en Rafah, al sur de Gaza, se encuentran desplazadas 1.5 millones de palestinos, en un espacio de 64 kilómetros cuadrados que Israel obligó a concentrarse como lugar seguro mientras se llevaban a cabo combates con Hamas en el norte de esa franja.
Hacinadas, sin agua, alimentos ni ningún tipo de medicinas, se ha desencadenado una crisis humanitaria de incalculables proporciones.
Aquel millón y medio de refugiados en Rafah no tiene escapatoria alguna bajo el asedio incesante de bombardeos. La única opción, a Egipto, no es factible pues este país ha negado abrir su frontera. El regreso al norte demolido por los bombardeos es imposible. Los palestinos están acorralados, ante un destino fatídico.
En este contexto de gravísima crisis humanitaria es destacable la reciente declaración pública del Gobierno de Chile que, en coherencia con la tradicional política internacional de nuestra nación, requiere el inmediato cese del fuego sobre la población civil de Gaza y el respeto irrestricto a las medidas dispuestas por la Corte Internacional de Justicia recientemente, el 26 de enero de este año.
Incluso EE.UU., en un inesperado giro, a través del portavoz del Consejo de Seguridad de ese país, John Kirby, ha declarado que la ofensiva israelí sobre Rafah no es algo que apoyan, en una línea contraria al respaldo que Biden y especialmente Blinken han dado a los bombardeos israelíes y que tanto daño ha provocado a la imagen internacional de la nación del norte.
A estas alturas es imposible no lamentar el derrumbe moral y la deshumanización de las denominadas democracias occidentales ante el silenciamiento cómplice mantenido frente a estas atrocidades.
Como abogados chilenos, motivados por sentimientos profundamente humanitarios y autores de una denuncia ante la Corte Penal Internacional suscrita por más de 400 personas del mundo del derecho, continuaremos realizando gestiones judiciales para que se condene a Netanyahu y a sus asesores bélicos como autores de genocidio, crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad conforme a las normas del derecho internacional.
Nelson Hadad
Rodolfo Marcone
Roberto Mayorga
Juan Banderas
Hassan Zerán